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La Impactante Trayectoria de Sam Altman, Líder de OpenAI

  20/09/2023

Sam Altman, uno de los titanes tecnológicos más reconocidos a nivel mundial debido al éxito de OpenAI, la entidad responsable de la Inteligencia Artificial ChatGPT, tuvo que superar obstáculos considerables en su infancia antes de liderar este revolucionario proyecto.

Desde una edad temprana, Sam Altman lidió con la represión de su homosexualidad mientras crecía en el Medio Oeste de Estados Unidos, donde fue objeto de acoso y discriminación. Sin embargo, su pasión por la tecnología se convirtió en un refugio invaluable que le permitió sobrellevar su sufrimiento. En una entrevista con The New Yorker en 2016, Altman compartió su experiencia, comentando: "Crecer siendo gay en el Medio Oeste en la década de 2000 no fue sencillo, pero el descubrimiento de las salas de chat de AOL fue transformador. Mantener secretos a los 11 o 12 años resulta complicado". La tecnología se convirtió en su ancla en un mundo hostil. Desde una edad temprana, Altman demostró un talento innato para entender los entresijos de los códigos de área, aprendiendo a programar y desmontando una Mac a la edad de ocho años. A medida que crecía, continuaba descubriéndose a sí mismo, buscando su camino. Sam Altman, nacido en Chicago, Illinois, en 1985, se mudó a St. Louis, Missouri, a una edad temprana. Su madre, Connie Gibstine, una dermatóloga, recuerda que "Sam siempre pareció tener una inclinación unisexual y una afinidad innata por la tecnología". Altman tomó la valiente decisión de revelar su homosexualidad a sus padres cuando tenía 16 años. Uno de los momentos más significativos que destacó su liderazgo tuvo lugar durante su educación secundaria. En su escuela, un grupo cristiano intentó boicotear una asamblea sobre sexualidad. Altman se dirigió a toda la comunidad escolar y anunció su homosexualidad. Luego, hizo una pregunta crucial: ¿Debía la escuela ser un lugar represivo o estar abierto a la diversidad de ideas? "Lo que hizo Sam transformó nuestra escuela", afirmó Madelyn Gray, consejera del instituto. "Fue como si alguien hubiera abierto una puerta gigante que permitió que todo tipo de estudiantes salieran al mundo". Sam Altman luego se matriculó en la Universidad de Stanford, donde estudió informática durante dos años antes de abandonar sus estudios y adentrarse en el mundo de las aplicaciones.

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