Los esfuerzos globales para alcanzar los objetivos climáticos establecidos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) están ganando impulso. Para ello, es crucial que se produzca un incremento significativo en la fabricación de baterías de iones de litio (Li-ion) para vehículos eléctricos (VE). Según McKinsey, se prevé que la cadena de suministro de baterías se expanda diez veces para satisfacer una demanda mundial de 4.500 gigavatios-hora (GWh) al año para el año 2030.
Este nivel de expansión solo puede lograrse mediante la implementación de gigafactorías para la producción masiva de baterías de iones de litio. Actualmente, hay 33 gigafactorías en construcción en toda la UE y el Reino Unido, y la Alianza Europea de Baterías tiene como objetivo invertir 3.500 millones de euros en investigación y producción de baterías para VE.
Sin embargo, estas gigafactorías se enfrentan a nuevos desafíos en cuanto a la protección de los trabajadores y la prevención de la contaminación ambiental. Dado que hay pocos datos disponibles sobre los riesgos asociados con las baterías de iones de litio, es crucial que las gigafactorías realicen evaluaciones de riesgos exhaustivas. Aunque algunos datos toxicológicos pueden no estar disponibles debido a cuestiones de propiedad, los fabricantes deben tomar las medidas adecuadas para proteger a los trabajadores, lo que incluye la selección cuidadosa de prendas de protección adecuadas. La química de las baterías de iones de litio está en constante evolución a medida que avanza la tecnología.
En la actualidad, los fabricantes utilizan varios productos químicos y compuestos peligrosos en los cátodos, como el óxido de litio, níquel, cobalto y manganeso (NCM), el óxido de litio, níquel, cobalto y aluminio (NCA), o el fosfato de litio y hierro (LFP). Estas sustancias químicas pueden tener diversos efectos en la salud, que van desde reacciones alérgicas cutáneas hasta cáncer o daños en los órganos. Otros productos químicos utilizados en el proceso de fabricación pueden exponer a los trabajadores a riesgos, ya que están clasificados como peligrosos.
Aunque la Directiva europea sobre Equipos de Protección Individual (EPI) 89/686/CEE establece niveles de exposición para sustancias individuales, los datos toxicológicos y las regulaciones sobre exposición a mezclas químicas siguen siendo limitados. El riesgo de incendio es otro peligro bien conocido asociado con las baterías de iones de litio. El proceso de llenado del electrolito es una actividad de alto riesgo debido a que el propio electrolito suele ser un disolvente líquido o gel inflamable. Una chispa generada por una descarga electrostática, un cable dañado en la línea de producción u otras fuentes pueden tener consecuencias catastróficas.
El riesgo de contaminación también es significativo en la producción de baterías de iones de litio. El entorno de fabricación debe ser controlado cuidadosamente para evitar defectos causados por la humedad o la contaminación. Parte del proceso de producción debe llevarse a cabo en salas blancas secas. Sin embargo, las regulaciones actuales no ofrecen un enfoque estandarizado para las salas blancas de producción de VE. Cada fabricante adopta su propio enfoque y generalmente utiliza salas blancas que varían de ISO 6 a ISO 9. La selección de prendas de protección adecuadas comienza con una evaluación del riesgo de exposición.
Algunas tareas, como las actividades de mantenimiento, exponen a los trabajadores a un mayor riesgo de exposición química que otras, como la producción de purines. Estas actividades requerirán prendas de protección con una clasificación más alta. Otra característica importante es la transpirabilidad, especialmente para los trabajadores que realizan tareas repetitivas durante largos turnos.
La ropa de protección en las gigafactorías también debe ser compatible con otros equipos de protección individual (EPI), como guantes de protección, calzado de seguridad y equipos de protección respiratoria (EPR). Las prendas de protección para salas blancas son fundamentales, ya que más de siete de cada diez incidentes de contaminación en salas blancas se deben a los trabajadores.
Es esencial realizar pruebas rigurosas para garantizar una alta eficacia de filtración de partículas y un bajo riesgo de desprendimiento de partículas, proporcionando así una barrera confiable contra la contaminación para los operarios y sus prendas. La transición global hacia los vehículos eléctricos está ganando rápidamente impulso en línea con los objetivos climáticos mundiales. Como resultado, ya se están construyendo o están en funcionamiento muchas gigafactorías para la producción de baterías de iones de litio. Las prendas de protección desempeñarán un papel crucial en la protección de los trabajadores contra los riesgos de seguridad, tanto nuevos como existentes, a medida que la tecnología de las baterías continúe evolucionando.
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