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El problema de la infracción de derechos de autor en IA

  11/03/2024

¿Deberíamos penalizar a un chatbot por hacer lo que hacen todos los seres humanos?

En el conflicto en la infracción de derechos de autor por inteligencia artificial (IA) es urgente una reevaluación legal. La expansión del alcance personal hacia el spam revela la delicada línea entre eficiencia y mal uso ético. El consentimiento es clave para distinguir entre innovación e intrusión en la comunicación digital. El New York Times y otros creadores demandan a OpenAI y Microsoft, alegando que entrenaron ChatGPT con material protegido por derechos de autor sin permiso ni compensación.

La pregunta central es: ¿Deberíamos penalizar a un chatbot por asimilar información de manera más eficiente, como hacen los humanos? Parece probable que sí, ya que la eficiencia sobrehumana suele conducir al abuso en casos de infracción de derechos de autor en IA y otros problemas, incluso en el marketing.

Enviar un correo electrónico no solicitado es legal, pero hacerlo a gran escala se considera spam. Lo mismo aplica a la IA generativa, donde automatizar la escritura de correos fríos a gran escala también puede considerarse spam.Las llamadas en frío son legales, pero las llamadas de spam, que utilizan sistemas automáticos sin permiso, son ilegales.

La IA generativa podría llevar las llamadas spam a niveles aún más irritantes y engañosos. La vigilancia individual es aceptable, pero el espionaje masivo, donde las máquinas presumen culpabilidad sin pruebas, es problemático. La IA generativa podría convertir la vigilancia masiva en espionaje masivo, examinando datos en busca de delitos. En todos estos casos, obtener el permiso de las personas afectadas es esencial para convertir algo pernicioso en algo aceptable.

Las leyes de derechos de autor actuales exigen transparencia en el uso de la IA generativa para mantener la protección de derechos de autor. Aunque la IA generativa a menudo infringe material con derechos de autor, la falta de comprensión tecnológica de los tribunales y precedentes, como el caso Authors Guild vs. Google, donde se permitió a Google escanear libros sin el consentimiento de los autores, sugiere que esta estrategia podría ser efectiva.

A medida que la IA generativa se desarrolle, nuevas leyes de infracción de derechos de autor para la IA podrían ser necesarias, ya que las actuales podrían resultar insuficientes. Sin embargo, es crucial que los líderes distingan entre acciones humanas y las generadas por máquinas.

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