A medida que la generación de datos a nivel mundial sigue aumentando exponencialmente, con estimaciones de alcanzar los 147 zettabytes (ZB) para fines de 2024, la necesidad de soluciones tecnológicas avanzadas se hace más evidente. En este contexto, la computación cuántica emerge como una tecnología clave no solo para revolucionar industrias como la medicina y la inteligencia artificial, sino también para fortalecer la ciberseguridad en un mundo cada vez más interconectado.
Chile, con su sólido ecosistema académico y un gobierno comprometido con la innovación, no quiere quedarse atrás en esta carrera tecnológica. La reciente creación de la Comisión Asesora sobre Tecnologías Cuánticas, respaldada por los ministerios de Ciencia e Interior, marca un paso significativo hacia la preparación del país para el "Día Q", un momento crucial en el que la computación cuántica se integrará de manera plena en nuestras vidas cotidianas.
Esta comisión tiene la tarea de establecer una estrategia nacional que coordine esfuerzos entre el sector público y privado, además de fomentar la colaboración internacional. Este enfoque estratégico no solo posiciona a Chile como un posible líder en el desarrollo cuántico, sino que también impulsa la inversión en investigación y desarrollo (I+D) y la diversificación productiva, atrayendo talento tanto local como global.
La computación cuántica representa una oportunidad sin precedentes para el crecimiento económico y tecnológico de Chile. Más allá de sus aplicaciones inmediatas, esta tecnología ofrece la posibilidad de ser parte activa en la transformación de nuestras formas de vida y de hacer negocios en el futuro. Chile tiene el potencial y la masa crítica necesaria para convertirse en un referente global en el ámbito cuántico. La pregunta que queda es: ¿seremos protagonistas o espectadores en esta revolución? La apuesta es clara: Chile quiere ser protagonista.
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